miércoles, 21 de diciembre de 2011

DE ARTIGAS AL URUGUAY QUE CONCIBE JULIO M. SANGUINETTI

En el debate cultural que afortunadamente permitió el lanzamiento del Instituto Revisionista Argentino e Iberoamericano, la aparición del ex presidente Colorado de la hermana república del Uruguay, Julio M. Sanguinetti en el ruedo rioplatense, vino a corroborar la necesidad de la existencia de un organismo como el creado por la presidenta Cristina Fernández y que tan dignamente preside Pacho O’Donnell.




Con  total desenfado y liviandad el amigo oriental habla de abuso de poder  respecto de la creación del gobierno argentino…podríamos perdonarle desconocimiento a cualquiera pero no a una personalidad de su calibre. En la argentina existen numerosas instituciones históricas que reciben apoyo en mayor o menor grado del gobierno. Más aun, en instituciones como el CONICET el gobierno actúa con la máxima amplitud, no obstante algunos doctores o investigadores (caso del Dr. Fabián Harari, de los que conozco) han realizado algunas críticas/denuncias respecto de ciertos “controles ideológicos” que realizan quienes hoy por hoy tienen el mayor poder sobre el organismo.

Sanguinetti al elucubrar que  el gobierno argentino desea favorecer una corriente historiográfica particular e imponer un derrotero académico de específica reivindicación de ciertas figuras históricas, en obvio desmedro de otras en el mejor de los casos saca una conclusión personal de desconocido origen o que tal vez le sugirió quien le pidió el artículo, en el peor de los casos falsifica la realidad para sus fines políticos. Debería el ex presidente recordar el título de aquel artículo que escribió para La Nación también el 9 de febrero de 2011: “Los peligros de falsificar el pasado” aunque en este caso él procede a falsificar el presente[1].

 En realidad Sanguinetti, forma parte de otra visión histórica, la que considera a Uruguay una Nación y NO un país integrante de la Patria Grande Latinoamericana. Al revés de José Enrique Rodó que en los inicios del siglo XX pudo decir “Artigas más San Martín: eso es Bolívar. Y aún faltaría añadir los rasgos de Moreno, para la parte del escritor y del tribuno”, el ex presidente cree que Artigas en definitiva consumó la patria chica uruguaya.

Por otra parte el liberalismo al cual dignamente pertenece don Julio M. Sanguinetti se empeña cuando surgen los debates y las controversias respecto del pasado histórico en que no se debe: seguir repitiendo la visión maniquea que nos legó el pasado político, unitarios y federales en la Argentina, colorados y blancos en Uruguay. ¿Es que debemos ocultar el drama candente que significó la construcción de esta América del Sur? Podemos incluso decir que no se trató de “unitarios y federales” sino de “porteños y provincianos” u otros matices pero los enfrentamientos y el drama existieron, no son invento ni se deben ocultar. ¿Acaso exponer el fusilamiento de Dorrego o el asesinato del Chacho Peñaloza es mero maniqueísmo?

 Pero vamos a la contradicción central con el escritor de La Nación. Dice este: la nacionalidad uruguaya se funda en un Artigas caudillo rural, pero de una profunda convicción institucionalista, que legó a sus más importantes continuadores.

Artigas fue claramente independentista de España, inequívocamente republicano, fervoroso demócrata y defensor de una idea confederativa, que, inspirada en los Estados Unidos, uniera provincias respetando "la soberanía particular de los pueblos". De sus desencuentros con los gobiernos de Buenos Aires, y de los que le sucedieron después, ya con él desaparecido de la escena desde 1820, cuajará en 1828 la independencia de nuestra República Oriental del Uruguay.

Y bien: para el "revisionismo" argentino y sus seguidores uruguayos, que los hay, esta República nuestra, con casi dos siglos de historia, es un invento de la diplomacia británica y no el resultado de una lucha patriótica de 17 años, incomprendida -desgraciadamente- por gobiernos de Buenos Aires que hicieron inevitable su independencia política.

Aquí el historiador decididamente oculta y falsifica la historia. La nacionalidad uruguaya nunca surgió de Artigas que siempre fue un caudillo de la Provincias Unidad del Río de la Plata, por ello tuvo influencia en el Litoral argentino, Córdoba y hasta Cuyo. Nunca pretendió la patria chica oriental sino una federación que respetara, eso sí las autonomías de las provincias. ¿Cómo se explica que exiliado en el Paraguay no quisiera retornar al “Uruguay” ni cuando su hijo y otros enviados de Fructuoso Rivera lo fueron a buscar . Consideraba que ya no tenía patria el anciano caudillo…No había luchado por un Uruguay independiente, había dado la gran batalla por una gran federación rioplatense.

En cuanto a que Uruguay es en parte el invento de la diplomacia británica, Sanguinetti debería repasar los documentados tomos sobre la misión de Lord Ponsomby que escribió el gran revisionista y político uruguayo Luis Alberto de Herrera. Caudillo blanco que fue en parte maestro de Methol Ferré y amigo tempranamente, ya por 1949 de Jorge Abelardo Ramos, cuando este escribió su primer libro “América Latina un País”.

En suma don Julio, hace falta el debate, mucho debate histórico porque somos una nación inconclusa, la gran Nación Latinoamericana y afortunadamente hoy los pueblos han elegido gobiernos nacionales y populares como el de Pepe Mujica que ratifican la necesidad de dejar de falsificar la historia. Usted le teme al debate, desea ocultarlo, o ponerlo bajo la alfombra, por el contrario nosotros desde el Instituto Revisionista al decir de Artigas le decimos: “Con la verdad no temo ni ofendo”.    

Por último deseo aclararle porque malintencionadamente no entendió lo que dijo la presidenta argentina. Se trata de una reflexión que muchos revisionistas entre otros Jauretche y Ramos explicitaron hace tiempo: En EE. UU. la guerra de secesión la ganó el norte industrialista y antiesclavista, en cambio en el Río de la Plata se impusieron los liberales agroexportadores, mitristas de Argentina, imperiales brasileros y colorados de Venancio Flores quienes en 1865 se unieron para aniquilar al Paraguay del presidente Francisco Solano López que terminó cruelmente asesinado en Cerro Corá. Es por ellos y su proyecto de país que fuimos dependientes de Gran Bretaña mientras el gran país del norte se transformaba en una nación continente.

En suma somos una nación inconclusa y necesitamos bucear en nuestra identidad revisando permanentemente nuestro pasado ya que una de nuestras peores servidumbres es la dependencia de la cultura tal cual supo afirmar Deodoro Roca.



San Antonio de Arredondo, 8 de diciembre de 2011- Córdoba





Enzo Alberto Regali

Licenciado en Historia –

Miembro de número del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano “Manuel Dorrego”- Provincia de Córdoba








[1] Aclaro mi desacuerdo con el contenido del artículo mencionado pero esa es otra discusión pendiente. 

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