domingo, 3 de abril de 2011

RECORDANDO HÉROES

A continuación reproducimos el correo recibido de Mario Meinardi, quien brevemente recuerda a dos de los héroes que pelearon en Malvinas, guerra que todavía hoy convoca a la unidad latinoamericana.  



Estimados Amigos:

En esta conmemoración deseo acercarles dos pequeñas experiencias de mi vida relacionadas con la gesta de Malvinas.

La primera se desarrolla en los últimos meses de 1981. Con el amigo y compañero Jorge Stratta estábamos llevando adelante el proyecto y construcción de un montacargas de 1 tonelada para la base aérea de Paraná, cuando era inimaginable la recuperación de las islas por nuestras F.A.
Periódicamente, para una obra que habíamos iniciado en octubre del 81  y debíamos terminar en enero del 82, visitábamos la Base aérea y nos visitaba, en la empresa donde estábamos llevando adelante la construcción del equipo, en su carácter de Inspector técnico de la F. Aérea el 1er Teniente Mario González.
Sobre fines de diciembre realizo una visita a la base y me comentan que el 1er Teniente se encontraba en el sur realizando tareas de entrenamiento. Seguramente  estaban vinculadas con la futura operación Malvinas.
Luego volví a verlo, por última vez,  con la puesta en marcha del montacargas que conectaba el depósito de cubiertas  y bombas de aviones que, seguramente,  luego serían utilizadas en el conflicto.
El 1° de mayo de 1982  tres Canberra MK 62 con misión de atacar el buque Bahía Anunciación, uno de ellos al comando del  1er Teniente Mario González y el 1er Teniente Eduardo De Ibáñez  fue interceptada por los Sea Harrier y Curtiss. Este último, impactó con un misil Sidewinder en el Camberra  que piloteaba el primer teniente estrellándose en el océano. Sus tripulantes se eyectaron pero no pudieron ser rescatados. Sin posibilidades de defenderse en el aire, los otros dos aviones regresaron, aterrizando en Trelew a la noche.
La segunda está relacionada con mi infancia y el devenir de la vida.
Por los años  50 / 60  (1960), siendo yo un “purrete”  vivía en el nuevo barrio 7 Jefes de la ciudad de Santa Fe. Habitado por familias de trabajadores y clase media, muchos vinculados con la actividad ferroviaria, se perfilaba como una zona de urbanización creciente por su cercana vinculación con la Costanera y el río
En esos momentos a la llegada al barrio de una familia compuestas por Don Crippa, su esposa y 4 hijos varones. Esta familia venía del interior de la provincia de Santa Fe. Rápidamente se integraron a la vida del barrio. Cada hijo tenía sus características pero el mayor Owen era muy serio y lacónico.
Luego la vida continuó, atravesando todas las instancias del secundario, la universidad, la militancia, el trabajo y la formación de una familia.
Owen termina el secundario y se incorpora a la Marina de Guerra en el sector Aeronaval.
Como debía ser participa de la acciones en Malvinas realizando un hecho heroico.
En la mañana del 21 de mayo de 1982, pilotea un pequeño avión italiano, otrora, increíblemente de entrenamiento y armado para la ocasión,  de la 1er. Escuadra Aeronaval de Ataque a verificar movimientos de la flota británica en el Estrecho de San Carlos. El solitario Aeromacchi se encontró con más de veinte buques surtos en el estrecho y comenzando las operaciones de desembarco. Owen Crippa atacó con los magros medios a su disposición y regresó a Puerto Argentino con la novedad de haber provocado graves daños a la nave británica nave HMS Argonaut.
Terminada la guerra, y en el contexto de Desmalvinizacion ó, a decir del propio OWEN: Desargentinización,  es dado de baja sin mediar ninguna razón que no sea encuadrar el conflicto por la recuperación de las islas en una aventura para perpetuar en el poder  a los militares y al que hay que olvidar rápidamente
Pasaron muchos años desde la prematura baja del Teniente de navío  Owen Crippa, y nos vimos algunas veces, siempre con una estricta reserva sobre esta incomparable experiencia histórica y proclive a no hablar de la misma.
Pero a medida que ha pasado el tiempo, como meduloso y reflexivo hombre que vivió algo tan impactante, ha comenzado a promover sus reflexiones transformándose en una necesaria referencia en la recuperación de la memoria viva de este hecho histórico.
A ambos quiero rendir, hoy 2 de abril de 2011, a 29 años de la gesta mi más sentido respeto y admiración.
A Mario González, por la efímera relación laboral, previa a la guerra, donde vi en el un hombre serio, comprometido con su trabajo hasta los más pequeños  detalles, y por haber, esencialmente, llevado su responsabilidad de defender la soberanía territorial hasta su propia muerte.
A Owen Crippa por haberlo conocido, por su valiente entrega, en desigualdad de fuerzas con el enemigo, y por haber comenzado a divulgar una nueva visión del conflicto consistente en revertir lo que ha sido la visión del imperio y la cultura de la resignación nacional.

Un abrazo.


No hay comentarios: