sábado, 13 de octubre de 2012

FEDERICO LORENZ PSICÓLOGO DE LA DESMALVINIZACIÓN Y LA DERROTA CUESTIONA AL COLORADO






El psicoanalista llegará a decir
que la palabra oculta y el cuerpo habla”
Michel de Certeau


En un artículo del diario Perfil de ayer 12 de octubre el señor Lorenz, un reconocido “malvinólogo”, a quien desde hace tiempo el Ministerio de Educación de la Nación, le ha pagado muchos honorarios para que coordine la comisión de Educación y Memoria, a la cual transformó en la comisión de la “memoria selectiva” ha vuelto a demostrar su voluntad desmalvinizadora. También forma parte el mencionado académico, por mérito propio del CONICET todo lo cual no le impide que sus oscuras reflexiones sobre Malvinas sean un “pastiche” por momentos inentendible aunque no lo suficiente para que quienes puedan leer lo subyacente, entiendan su actitud de desprestigio permanente de la gesta.  No vaya a creer el público lector que todo es penumbra en sus teorías, claramente explica a nuestros niños y jóvenes en texto ministerial, que la recuperación de las Malvinas es la continuación del Proceso de Reorganización Nacional y los muertos, heridos y suicidados forman parte de los desaparecidos de la represión…Claro está como esto es descarnado e imposible de sostener dado el carácter popular de la causa y que los “Kirchner provienen de una de las provincias australes y entonces tiene otra mirada del conflicto” (Lorenz), este autor asume la tierna perspectiva de entender a todo el mundo.
En este artículo no se le puede negar claridad y voluntad para tratar de desprestigiar a Alberto Lettieri, aunque al hacerlo para muchos lo elogia. Demuestra por que Alberto Lettieri está en el Instituto revisionista Manuel Dorrego y Lorenz forma parte de la corte de desmalvinizadores.  
Dice Lorenz: <Jorge Abelardo Ramos, actualmente desempolvado para estigmatizar a investigadores e historiadores de diversas posturas bajo el rótulo genérico de “académicos”, “antipopulares” o “mitristas”.>. Una lamentable simplificación que demuestra de falta de lectura de Federico. Abelardo, el Colorado, resurge porque existe un cambio en América Latina que permitió la llegada al gobierno de movimientos nacionales y populares que resolvieron dar un gran impulso a la Patria Grande. 
Es en este contexto que el presidente Chavez releyó o leyó uno de los libros más importante de Ramos: “Historia de la Nación latinoamericana” y lo exhibe antes las cámaras. Libro que dicho sea de paso se lo había obsequiado un antiguo seguidor de la izquierda nacional en el primer viaje que el comandante realizó a la Argentina, aproximadamente en 2005/6. Quiero decir con esto que el supuesto “uso” del Colorado para estigmatizar a la academia es una falsedad del “empolvado” Lorenz (por sus ideas antiguas). Reafirmo, que lo principal es la concepción de Ramos sobre la nación latinoamericana y es, en este encuentro de la idea con la realidad donde se produce su resurgimiento como lectura de los jóvenes y otros que no lo son tanto.  
Por supuesto que Abelardo realizó una crítica profunda a la “academia” y a los “mitristas” pero lo hizo desde los años 50, en momentos en que el hecho costaba el exilio, la cárcel o más humanamente el silencio del aparato cultural que regía en aquellos tiempos. De la misma manera Ramos en los duros años del Proceso no se exilió, llegó a ir preso y durante todo la dictadura mantuvo su organización, el Frente de Izquierda Popular, enfrentando a los dictadores cuando intentaron ir a la guerra con Chile, denunciando la represión y asesinato de algunos de sus dirigentes, incluso ante la comisión de derechos humanos que visitó el país. Sacó el periódico "Patria Grande" que atacaba la entrega nacional, no almorzó ni cenó con ninguno de los responsables de tanta masacre como sí lo hicieron personas que hoy integran los organismo de derechos humanos o que se llenan la boca hablando de los mismos. Tampoco emigró a los EE. UU. buscando el apoyo de los liberales demócratas y algún premio de prensa como ocurre con el actual "fiscal de la república" Horacio Verbitsky tan de moda. Cierto es que Lorenz tal vez desconoce todo esto por su juventud, aunque su carácter de académico lo debería obligar a leer algo más.
En cuanto al informe Rattenbach, creo que la cita me exime de explicar lo que Ramos sostenía, que no es precisamente un aval a la dictadura, sino la voluntad de seguir luchando, no ya por las armas sino por otros medios por lograr un país soberano en unidad con América Latina. Lorenz en cambio cuando producía material para educación hablaba de todos los genocidios pero nunca lo hizo respecto del perpetrado por Gran Bretaña, Holanda, Francia, EE. UU. o la misma Bélgica. Hizo más culturalmente, por denunciar el horror del colonialismo, Mario Vargas Llosa, un liberal asumido y coherente,  en El sueño del Celta, que el encargado de Educación y Memoria.
Lorenz en realidad se dedica sistemáticamente, no a esclarecer el papel cumplido por el imperialismo británico todavía vigente -aunque sin la fortaleza del siglo XIX y principios del XX- o los negocios que estos mantienen en el país o las formas posibles de presionar a Gran Bretaña para que restituya lo que robó por la fuerza en 1833 y en 1982. Por el contrario se esfuerza en una especie psicoanálisis social para que los jóvenes “desarmen la frase las Malvinas son argentinas”, se “interpelen a sí mismos”, “hagan inteligible las creaciones simbólicas”, en fin es un psicólogo de la derrota y la desmalvinización.
Agrego algunos aspectos sobre el Informe Rattembach que no fue desclasificado ayer, sino cuando se escribió el mismo,  ya que algún sector de la prensa (recuerdo que Clarín era luego de la derrota un desmalvinizador permanente, al igual que La Nación) lo compró.
El Informe es la  investigación confidencial sobre la conducción política y estratégico-militar de las Fuerzas Armadas Argentinas en la Guerra de Malvinas. A fines de 1982 los militares que no pelearon ni compartieron la decisión de recuperar las Malvinas, en derrota y desbande, atemorizados por las presiones internas y externas constituyeron la Comisión de Análisis y Evaluación de las responsabilidades políticas y estratégico militares en el conflicto del Atlántico Sur. 
La Comisión estaba integrada por el Teniente General (R) Benjamín Rattenbach y el General de División (R) Tomás Armando Sánchez de Bustamante por el Ejército; el Almirante (R) Alberto Pedro Vago y el Vicealmirante (R) Jorge Alberto Boffi, por la Armada; y el Brigadier General (R) Carlos Alberto Rey y el Brigadier Mayor (R) Francisco Cabrera por la Fuerza Aérea. Rattenbach como miembro más antiguo presidió esa Comisión de oficiales de alta jerarquía y elevó el informe que lleva su nombre. El señor Rattenbach, según dicen gozaba de alto prestigio en la FF. AA. aunque de lo investigado deducimos que dicho “prestigio” solo venía de sus “arriesgadas acciones” en el arte de conspirar contra gobiernos constitucionales. Entre otros cargos políticos que detentó, presidió el Estado Mayor Conjunto entre 1955 y 1956 para luego ser uno de los que obligó la renuncia del presidente Arturo Frondizi. Otro tanto cabe al Brigadier Rey, comandante de la Fuerza Aérea durante el gobierno militar durante la Revolución Argentina, y cuya acción más riesgosa fue firmar el pedido de mediación a la reina Isabel II de Gran Bretaña para el caso del Beagle con Chile.
Es interesante destacar la opinión del general golpista Sánchez de Bustamante  sobre la represión: El terrorismo es un hecho de excepción y de gravedad tal que reclama derechos proporcionales. Hay normas y pautas que no son de aplicación en este caso. Por ejemplo, el derecho al “Hábeas corpus”. En este tipo de lucha, el secreto que debe envolver las operaciones especiales, hace que no deba divulgarse a quien se ha capturado y a quien se deba capturar. Debe existir una nube de silencio que rodee todo... Y esto no es compatible con la libertad de prensa”. Por su parte el brigadier Carlos Rey era miembro de la Junta Militar de la Revolución Argentina como el Gral. Alejandro Agustín Lanusse y hoy tiene un proceso relacionado con  la masacre de Trelew. Rattembach fue golpista de 1955, firmante de la proscripción del peronismo y además entre el 20 de diciembre de 1955 y el 17 de octubre de 1956  se desempeñó como Jefe del Estado Mayor de Coordinación y también estuvo -reiteramos- involucrado en el derrocamiento del Dr. Arturo Frondizi.  Ninguno de ellos ha efectuado autocrítica pública de su pasado ¡Vaya con los encargados de juzgar una guerra anticolonial!
Finalmente deseo hacer conocer un texto de Ramos que contiene gran actualidad si deseamos conocer la verdadera historia y no panfletos que falsean la misma: “Al elevar el presente Memorial no me inspira otro interés que no sea el de la patria, hoy tan olvidado. Respecto a los Señores Comandantes procesados, y a los otros responsables anteriores del llamado Proceso de Reorganización Nacional, tampoco me considero ligado en términos políticos o personales.
Jamás almorcé en la Casa de Gobierno con el General Videla o Harguindegui, como tantos escritores y políticos, hoy muy en alza. Tampoco ni yo ni mis amigos gozamos de cargo alguno en el régimen militar. No fuimos embajadores, ni ministros, ni gobernadores, ni intendentes, según era costumbre en la inmensa mayoría de los partidos políticos (hoy “democráticos”) de izquierda a derecha.
Por el contrario, el régimen militar de 1976 – 83 me agravió con varios allanamientos, dos detenciones, cuatro procesos por violar la ley que prohibía la actividad política, algunos centenares de detenciones a miembros del FIP y seis afiliados muertos y desaparecidos. De donde se deduce la total objetividad del presente escrito. No podría estar fundado en otro propósito que no fuera la causa de la Nación, superior a la más amarga divergencia.”
Este texto fue dirigido al Presidente de la Nación Dr. Raúl Alfonsín y a los Comandantes en Jefes de la Fuerzas Armadas en febrero de 1986.  





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